Empezamos a verlas de nuevo por todas partes: ¡las fresas han vuelto! Pese a que tenemos la costumbre de prepararlas dulces, para postres, algunos valientes se lanzan con recetas más atrevidas y mezclan el dulzor de la fresa con platos salados.
¿Cómo añadir las fresas a platos salados? ¡Te presentamos hoy varias ideas más o menos atrevidas para inspirarte si deseas probar la experiencia!
Para una primera tentativa, te aconsejamos añadir las fresas a una ensalada. Es bastante habitual añadir frutas a una ensalada para darle un pequeño toque dulce. La fresa es una muy buena elección gracias a su textura jugosa, su gusto sabroso, azucarado y algunas veces acidulado. La fresa permite lograr un equilibrio perfecto de los sabores en tu ensalada. Para aderezar, elige un vinagre balsámico cuyo sabor casa muy bien con ella.
Si te sientes un poco más atrevido, deberías dejarte seducir por la idea del chef Vivien Durand: el bogavante en la olla con fresas Gariguette. Galardonado Chef del restaurante Le Prince Noir en la Gironde, ha elegido asociar la fresa Gariguette con el bogavante debido a su sabor muy aromático, su textura jugosa y a su toque ligeramente acidulado.
Finalmente acabamos con una unión un poco más sorprendente: ¡Pasta con salsa carbonara… y fresas! No, no es una broma, se trata de la receta del gran pastelero Christophe Adam, creador de las tiendas Éclair de Génie. Christophe nos cuenta que aunque la idea puede parecer muy sorprendente, en realidad se trata de una receta muy italiana: hace muchos siglos, cuando los tomates todavía no se habían importado en Italia, se utilizaba a veces la fresa para hacer la salsa de la pasta.
